FUNCIONES Y PROPIEDADES DE LAS PROTEINAS
Funciones
De entre todas las biomoléculas, las
proteínas desempeñan un papel fundamental en el organismo. Son esenciales para el crecimiento,
gracias a su contenido de nitrógeno, que no está presente en otras moléculas
como grasas o hidratos de carbono. También lo son para las síntesis y
mantenimiento de diversos tejidos o componentes del cuerpo, como los jugos
gástricos, la hemoglobina, las vitaminas, las hormonas y las enzimas (estas
últimas actúan como catalizadores biológicos haciendo que aumente la velocidad
a la que se producen las reacciones químicas del metabolismo). Asimismo, ayudan
a transportar determinados gases a través de la sangre, como el oxígeno y el dióxido
de carbono, y funcionan a modo de amortiguadores para mantener el equilibrio ácido-base
y la presión oncótica del plasma.
Otras funciones más específicas son, por ejemplo, las de los anticuerpos, un tipo de proteínas que actúan como defensa natural frente a posibles infecciones o agentes externos; el colágeno, cuya función de resistencia lo hace imprescindible en los tejidos de sostén o la miosina y la actina, dos proteínas musculares que hacen posible el movimiento, entre muchas otras.
Propiedades
Las dos propiedades principales de las
proteínas, que permiten su existencia y el correcto desempeño de sus funciones
son la estabilidad
y la solubilidad.
La primera hace referencia a que las
proteínas deben ser estables en el medio en el que estén almacenadas o en el
que desarrollan su función, de manera que su vida media sea lo más larga
posible y no genere contratiempos en el organismo.
En cuanto a la solubilidad, se refiere a
que cada proteína tiene una temperatura y un pH que se deben mantener para que
los enlaces sean estables.
Las proteínas tienen también algunas otras
propiedades secundarias, que dependen de las características químicas que
poseen. Es el caso de la especificidad (su estructura hace que cada proteína
desempeñe una función específica y concreta diferente de las demás y de la
función que pueden tener otras moléculas), la amortiguación de pH (pueden
comportarse como ácidos o como básicos, en función de si pierden o ganan
electrones, y hacen que el pH de un tejido o compuesto del organismo se
mantenga a los niveles adecuados) o la capacidad electrolítica que les permite
trasladarse de los polos positivos a los negativos y viceversa.
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